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Es probable que durante el invierno hayas gastado (o estés gastando) mucho dinero en calefacción. Las facturas de electricidad o gas se suelen elevar mucho en esta época de frío. Si tienes que estar continuamente poniendo la calefacción porque notas siempre la casa fría, es probable que el aislamiento de tu vivienda no sea correcto.
Aunque no te lo creas, mejorar el aislamiento de tu vivienda es una gran medida para reducir la factura de gas natural o electricidad de tu casa. En este artículo vamos a contarte cuáles son los beneficios y el ahorro que se consigue a través del aislamiento térmico.
Aislamiento térmico y ahorro de energía
Los materiales usados para aislar térmicamente los techos, paredes, suelos y ventanas son capaces de minimizar las pérdidas de calor, mantienen la casa fresca durante los meses de verano y evitan fugas de temperatura. Todo esto produce una reducción de la factura de energía, ya sea electricidad o gas natural, que utilicemos en la climatización de nuestra vivienda.
Si tienes electricidad: si se necesita menos energía, la potencia eléctrica contratada puede llegar a ser excesiva. Reducir el número de kilovatios de potencia también permite reducir la factura de electricidad, al reducir la parte fija de la misma. Por otro lado, si no usamos tanto la calefacción, el consumo de electricidad también se reducirá.
Si tienes gas natural: las tarifas de gas natural dependen del consumo anual que se realice. Reducir el consumo permite disfrutar de las tarifas más económicas de gas natural.
El aislamiento térmico es el único “material” de obra de una vivienda que se amortiza por el ahorro de energía que supone en la vivienda. Un aislamiento adecuado y generoso en ventanas, fachadas y cubiertas puede permitirnos ahorrar hasta un 70% de la factura energética.
Aislar térmicamente una vivienda consiste en que aumente su resistencia a la pérdida de frío o calor. Esto se consigue tanto con el uso de materiales aislantes como una buena instalación de éstos
También es importante aislar de forma adecuada techos y suelos y elegir ventanas y puertas que tengan nivel adecuado aislamiento. Por otro lado, es importante evitar los puentes térmicos en las zonas de encuentros entre elementos constructivos.
Ventajas del aislamiento
- Reducir la factura de energía de la vivienda y, por ende, el consumo energético del país donde se localice.
- Aumentar el rendimiento de las instalaciones térmicas debido a que el aislamiento evita la pérdida de energía en las redes de distribución mediante la mejora del rendimiento de los equipo.
- Mejora el confort y el bienestar en la vivienda: Un buen aislamiento permite que se mantenga una temperatura confortable en la vivienda durante todo el año, evitando las grandes diferencias de temperatura con el exterior.
- Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono de forma principal): tanto las calderas que funcionan con gas natural u otros derivados del petróleo, como las que funcionan con electricidad producen este tipo de gases.
- Eliminar condensaciones y mejorar el aislamiento acústico: Se consigue eliminar la humedad (que puede producir moho) en el interior. Por otro lado se reduce el ruido que procede del exterior o de otros vecinos.
- Aumenta el valor de venta de la vivienda
- No requiere de mantenimiento